jueves, 14 de enero de 2010

La historia de seika.

Una Niña cambió nuestra vida

El 2009 fue un año con muchos cambios y diferencias en casa…. Una llamada anterior al verano daría un giro a mi vida y a la de mi familia….
El Sahara fue invadido por Marruecos y los Saharauis en contra de ser dirigidos como marionetas por Marruecos huyeron a Tindouf, formando su propio poblado: los campamentos de refugiados de Tindouf.
Mis padres y yo decidimos acoger a una niña saharaui en nuestra casa durante los meses de Julio y Agosto, para que tuviera unas vacaciones que era el nombre que venía escrito en el papel donde lo vimos. Un día escuche por la radio esperando en una tienda “ aún quedan niños que pueden ser acogidos por vosotros”, directamente se lo dije a mi madre cuando llegue a casa y pensándolo muy bien decidimos acogerla.
Todo este proceso se hizo mediante la asociación de ayuda al pueblo saharaui de Talavera de la Reina (Toledo). Llegó el día, recogimos a Seika, que así se llama la niña, en la gasolinera de mi pueblo; la niña vestía unos pantalones muy sucios y una camiseta de la diputación de Toledo con la frase que antes os he dicho, su cara era de susto por no conocer ese país, ni a la gente que la llevaba en el coche, ni a la gente con la que iba a vivir durante dos meses…teniendo en cuenta que la niña tenía 7 años es normal.
Fuimos para casa y su cara no mejoraba…se reía alguna vez pero poco. Descubrimos una bolsita que traía cosida en la camiseta con regalos de su padres para toda la familia y una carta agradeciéndonos que tuviéramos a Seika. Los primeros 15 días más o menos, quizás más que menos, Seika no paraba de llorar cada dos por tres, ella solo quería hablar con su madre y que su hermano viniese a verla ( su hermano vivía en España desde hace tiempo). Poco a poco se fue adaptando y ya dejó de llorar continuamente y se lo pasaba en grande jugado con todos los juguetes que tenía y la vistiendo la ropa que habíamos comprado para ella (ella siempre elegía la ropa que quería ponerse). En mi habitación pusimos dos colchones en el suelo donde dormíamos ella y yo ya que de la cama se podía caer, al principio amanecía yo con un pie suyo en la cabeza, su cabeza en mi tripa, sus manos encima de mi cara etc.… Al mes, puse las patas a mi cama y ella seguía durmiendo en el colchón y lo pegaba a mi cama….así las dos dormiríamos tranquilas pero dos o tres veces tengo que contaros como anécdota, en la madrugaba escuchaba “Raqueeeeel, Raqueeeeeeel” y unas risas muy fuertes… yo le decía que pasa Seika y me decía “miraaaaa que paaasaaaaaa”…la encontraba debajo de mi cama…se había caído de su colchón y había caído debajo de mi cama… una cosa difícil de imaginar porque el colchón no era muy alto pero así fue.
Seika jugaba con mis primas, íbamos al parque, se fue al a playa, se bañaba con sus manguitos en la piscina de mi casa sola…a medida que pasaban los días Seika se adaptaba mejor hasta que llegó el día que tocaba despedirse de ella y tocaba llorar un poco… y nos tocaría esperar para verla hasta el verano siguiente pero mis padres tuvieron la oportunidad de verla antes…
Mis padres viajaron junto con gente de la asociación a los campamentos de refugiados de Tindouf, y estuvieron en su “casa”, para ellos es su casa, son parecidos a chabolas viejas…
La impresión de mis padres al ver todo aquello era de tristeza y alegría a la vez; tristeza por ver en la situación en la que estaban y alegría por ver que la familia de Seika estaban deseando conocerlos y los querían complacer en todo, rápidamente mis padres formaban parte de la familia… fueron 12 días intensos viendo sus condiciones de vida que eran penosas.
Mis padres se despidieron de la familia llorando, como no, la situación se volvía a repetir…
El padre se Seika se despidió diciendo a mi padre: “Cuando nos devuelvan nuestro territorio, podré pagarte todo lo que estás haciendo por nosotros” ( los padres de Seika no sabían español, pero los traducían su hija Lama que había estado viniendo a España como Seika durante 6 años) y la madre de Seika decía siempre a mi madre: “ No sé qué hacer para pagaros todo lo que estáis haciendo por Seika y por nosotros”…
Todo no acaba aquí ya que mi familia y yo acudimos a una manifestación a favor del pueblo saharaui, más concretamente a favor de la activista saharaui Aminetu Haidar, a Madrid, y allí sorprendentemente estaba su hermano Mayen, que estaba viviendo en Valencia, nos llamó por teléfono y quedamos con él. El día 24 de diciembre, Nochebuena, le invitamos a cenar en casa y así fue estuvo 2 días en casa.
La historia la cortaré aquí pero no va a acabar aquí ya que le invierno que viene la primera que va a los campamentos soy yo…

Raquel Ruiz García